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En los paisajes áridos de Kazajstán, donde la escasez de agua amenaza el corazón agrícola, emerge un rayo de esperanza. Organismo internacional ofrece ayuda para contrarrestar el déficit hídrico; 40% del agua perdida en los sistemas de riego. Descubra los proyectos revolucionarios que están remodelando el futuro agrícola de Kazajstán.
En los últimos años, los agricultores kazajos han dado la voz de alarma. Muchas regiones del país están resecas debido a sequías prolongadas. Los ríos están menguando y el agua para las necesidades esenciales se está volviendo escasa. El Ministerio de Ecología ha declarado la situación crítica. Para mantener la productividad agrícola, los agricultores necesitan sistemas de riego eficientes. Sin embargo, los canales y esclusas obsoletos necesitan urgentemente una renovación. Hay escasez tanto de equipos como de especialistas. Los expertos destacan que a principios de la primavera se produce una afluencia de agua debido al derretimiento de los glaciares y la nieve, pero casi la mitad se pierde por evaporación y filtración. Las nuevas tecnologías son imprescindibles para conservar y distribuir eficazmente este valioso recurso.
Soluciones innovadoras ofrecidas por RECCA
El Centro Ambiental Regional para Asia Central (RECCA), una organización internacional sin fines de lucro fundada en 2021 por los gobiernos de cinco países de Asia Central, la Unión Europea y el PNUD, ha intervenido para abordar esta crisis. Este año, inician dos importantes proyectos de gestión de recursos hídricos en Kazajstán. El primero, el “Gestión Integrada de Cuencas en la Cuenca del Río Ishim”, se implementará en las regiones de Akmolinskaya y el norte de Kazajstán, beneficiando a unas 7500 granjas en aldeas como Karabulak, Azat, Arnasai, Shortandy y la ciudad de Stepnogorsk. Costo del proyecto: $123,000. El segundo proyecto, “Mejora de la independencia económica y el empoderamiento de las mujeres en las zonas rurales de Asia central mediante el acceso a infraestructura y agua de riego”, abarcará las regiones meridionales de Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, con un presupuesto de 450,000 dólares. Estos proyectos, financiados mediante patrocinio, sirven como demostración de soluciones eficaces. Su objetivo es mostrar cómo se pueden abordar los problemas de riego, allanando el camino para que los organismos gubernamentales repliquen y amplíen prácticas similares a una escala más amplia. Está previsto que los proyectos estén terminados en mayo de 2024.
El desafío de las tierras irrigadas en Kazajstán
La mayor parte de Asia Central enfrenta escasez de agua, lo que hace que la agricultura sea viable sólo mediante el riego, según los expertos de RECCA. En Kazajstán, sólo el 7.6% de las tierras cultivadas son de regadío, con un total de 2.2 millones de hectáreas. En comparación, Uzbekistán riega el 96%, Turkmenistán el 90%, Kirguistán el 75% y Tayikistán el 73% de sus tierras cultivables. Los expertos predicen un empeoramiento de las sequías debido al cambio climático, lo que disminuirá aún más los recursos hídricos. En este escenario, la agricultura de regadío garantiza la seguridad alimentaria, el empleo y la reducción de la pobreza.
Para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes, Kazajstán debe invertir en nuevos sistemas de riego y tecnologías que conserven el agua. Actualmente, el 62% del agua de Kazajstán procedente de cuencas transfronterizas se utiliza para riego. El país enfrenta varios desafíos:
- La edad promedio de la infraestructura de riego entre fincas y dentro de las fincas es de 50 años, y la infraestructura principal es aún más antigua.
- El 40% del agua se pierde en los canales de riego y sistemas de filtración debido a filtraciones a través del fondo de los canales y las pendientes.
- Alrededor del 50% de las tierras irrigadas se ven afectadas por la salinización.
Las iniciativas emprendidas por RECCA presagian una nueva era para la agricultura kazaja. Al centrarse en prácticas de riego sostenibles, estos proyectos proporcionan un modelo para el futuro del país. Modernizar la infraestructura de riego, implementar el monitoreo de la calidad del agua y del suelo y diversificar las estructuras agrícolas son pasos vitales para garantizar la seguridad alimentaria, preservar los valiosos recursos hídricos y mejorar los medios de vida de los agricultores.
De cara al futuro, es fundamental que las partes interesadas (agricultores, agrónomos, ingenieros agrónomos, propietarios de explotaciones agrícolas y científicos) apoyen estos esfuerzos y aprendan de ellos. Mediante un esfuerzo colectivo y soluciones innovadoras, Kazajstán puede superar su crisis de agua, transformando su paisaje agrícola y garantizando un futuro próspero para las generaciones venideras.