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La reciente decisión del Departamento de Agricultura de suspender las importaciones de cebolla ha traído alivio a los agricultores locales, particularmente en Nueva Ecija.
Mientras los productores locales de cebolla se preparan para la temporada de cosecha, la decisión del Departamento de Agricultura de suspender las importaciones de cebolla no podría haber llegado en mejor momento. La decisión, bienvenida por Samahang Industriya ng Agrikultura (SINAG), tiene como objetivo reforzar el mercado local y garantizar precios justos para los agricultores.
Según el presidente del SINAG, Rosendo So, la suspensión se alinea con el inicio de la cosecha de cebolla en Nueva Écija, una región crucial para la producción de cebolla en Filipinas. Los agricultores de la zona han comenzado a vender sus cebollas blancas a precios que oscilan entre P18 y P20 por kilogramo, lo que supone un comienzo de temporada prometedor.
La iniciativa surge en medio de preocupaciones sobre el predominio de las cebollas importadas en los mercados locales, lo que hace bajar los precios y socava la rentabilidad de los agricultores filipinos. Por ello, se enfatizó la necesidad de que los precios en las granjas alcancen al menos P30 a P45 por kilo para apoyar de manera sostenible los medios de vida agrícolas.
Además, la decisión refleja un enfoque proactivo para gestionar la dinámica del mercado, con miras a prevenir la volatilidad de los precios y garantizar la estabilidad del sector agrícola. Se espera que la suspensión permanezca vigente hasta mayo, con posibilidad de prórroga, proporcionando un amortiguador a los agricultores locales durante el período crítico de cosecha.
Más allá de las consideraciones de mercado, la medida también aborda desafíos emergentes, como la reciente infestación de gusanos militares en partes de Nueva Ecija. Si bien se han planteado preocupaciones, So aseguró a las partes interesadas que el impacto en el suministro general de cebolla sigue siendo mínimo y que se están realizando esfuerzos para contener la infestación y salvaguardar futuras cosechas.
La suspensión de las importaciones de cebolla representa una intervención estratégica para apoyar a los agricultores locales, promover la estabilidad del mercado y salvaguardar la industria agrícola contra presiones externas. Al priorizar los intereses de los productores filipinos, los formuladores de políticas demuestran un compromiso de fomentar un sector agrícola resiliente y próspero.