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Según la Unión de Cultivadores de Verduras de la República Checa y Moravia, el área donde los agricultores cultivan verduras se reducirá en un 5% este año desde las más de 11,600 hectáreas del año pasado. Los agricultores luchan por obtener precios adecuados para sus productos, lo que los llevará a una mayor dependencia de las importaciones del exterior. De hecho, la República Checa depende de las importaciones de verduras en aproximadamente dos tercios, lo que significa que los precios están determinados por las importaciones y los agricultores checos tienen una influencia mínima sobre ellos. En este artículo, examinaremos las implicaciones de esta situación y exploraremos posibles soluciones.
Por ahora, los productores de hortalizas del país tienen en stock unas 2,000 toneladas de cebollas, y antes de la próxima cosecha a finales de junio o principios de julio, necesitarán importar unas 40,000 toneladas. La Unión de Productores de Hortalizas propone restricciones al cultivo de hortalizas, que afectarán a las pequeñas y medianas explotaciones. La Oficina de Estadística Checa informa que en 2002, se cultivaron hortalizas en casi 18,000 hectáreas de tierra, mientras que en 2022, solo en 11,678 hectáreas.
El problema no es la calidad de la producción de hortalizas en la República Checa, sino el estancamiento de los precios de los productos agrícolas y el aumento de los precios de los comerciantes. Los agricultores deben obtener precios justos por sus productos para mantener sus medios de subsistencia, y el gobierno debe desempeñar un papel activo para fomentar la inversión en almacenes que puedan almacenar más cultivos, lo que permitirá a los agricultores cultivar hortalizas en un área más grande.
Además, la República Checa necesita reducir su dependencia de las importaciones y fomentar el consumo de hortalizas de producción nacional. La Organización Mundial de la Salud recomienda que cada persona consuma diariamente 400 gramos de frutas y verduras frescas. Sin embargo, el país produce actualmente solo unas 270,000 toneladas de verduras y 140,000 toneladas de frutas.
En conclusión, la situación a la que se enfrentan los productores de hortalizas en la República Checa es desafiante, pero no insuperable. El gobierno debe tomar medidas activas para apoyar a los agricultores brindándoles mejores precios por sus productos y fomentando las inversiones en almacenes. Además, es necesario educar y alentar a los consumidores a consumir más hortalizas de producción nacional para reducir la dependencia de las importaciones. Al trabajar juntos, la República Checa puede superar estos desafíos y garantizar el crecimiento sostenible de su sector agrícola.