Un nuevo estudio de la Universidad de Drexel (EE. UU.) sobre el proceso de extracción de amoníaco de las aguas residuales y su conversión en fertilizante sugiere que esta tecnología no solo es viable, sino que también puede ayudar a que la agricultura sea más sostenible.
Según los investigadores, la extracción de nitrógeno del amoníaco producido en el proceso de tratamiento de aguas residuales puede convertirse en una alternativa al proceso de producción de nitrógeno mediante el método Haber-Bosch.
La recuperación de nitrógeno de las aguas residuales sería una alternativa deseable al proceso Haber-Bosch porque crea una "economía de nitrógeno circular". Esto significa que el nitrógeno existente se puede reutilizar en lugar de desperdiciar energía y generar gases de efecto invernadero para extraer nitrógeno de la atmósfera, lo cual es una práctica más sostenible para la agricultura y puede ser una fuente de ingresos para las empresas de servicios públicos.
Un proceso llamado “purificación con aire” elimina el amoníaco de las aguas residuales elevando la temperatura y el pH del agua lo suficiente como para convertir el químico en un gas que luego se puede recolectar en forma concentrada como sulfato de amonio.
Los resultados del análisis del ciclo de vida muestran que el filtro de aire emite entre 5 y 10 veces menos gases de efecto invernadero que la producción de nitrógeno con el método de Haber-Bosch y utiliza entre 5 y 15 veces menos energía. El estudio muestra que la recuperación de amoníaco puede ser rentable incluso a bajas concentraciones.
Sin embargo, con esta tecnología, los fertilizantes se producen en cantidades más pequeñas que con el proceso industrial Haber-Bosch. Sin embargo, la capacidad de recolectar y reutilizar cualquier cantidad de recursos ayuda a aumentar la resiliencia de la agricultura comercial y evita que se conviertan en contaminantes del agua, dicen los investigadores.