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El hongo de patas negras, conocido científicamente como Phoma Lingam, es un patógeno que afecta a la familia de cultivos Brassica, incluidos la canola, el repollo y el brócoli. Este hongo puede causar graves daños a las plantas, reduciendo los rendimientos y la calidad de los productos. En este artículo, discutiremos el desarrollo del brote del hongo de pierna negra, las consecuencias que tiene en la agricultura y las posibles medidas para prevenir y controlar su propagación.
El brote de hongo de pierna negra comenzó en Europa en la década de 1970, pero ahora se ha extendido a otros continentes, incluidos América del Norte y Australia. El hongo puede sobrevivir en el suelo y los restos de plantas hasta por cuatro años, lo que dificulta el control de su propagación. Sus esporas también pueden viajar largas distancias a través del viento y el agua, infectando cultivos sanos en nuevas áreas.
Cuando el hongo de la pata negra infecta las plantas, provoca la formación de lesiones oscuras en los tallos y las hojas. Estas lesiones pueden ceñir los tallos, reduciendo el flujo de nutrientes y agua al resto de la planta. Como resultado, la planta puede marchitarse y sus hojas pueden volverse amarillas o marrones. En casos severos, la planta puede morir, lo que genera una pérdida de rendimiento e ingresos para los agricultores.
Para prevenir y controlar el hongo de pierna negra, los agricultores pueden implementar varias medidas. La rotación de cultivos es una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de infección, ya que el hongo puede sobrevivir en el suelo y en los restos de plantas. Los agricultores también pueden utilizar variedades de cultivos resistentes, que son menos susceptibles al hongo. Los fungicidas son otra opción, pero su eficacia puede variar según el momento de la aplicación y la gravedad de la infección.
El brote de hongo de pierna negra causado por Phoma Lingam puede tener un impacto significativo en la agricultura, reduciendo los rendimientos y la calidad de los productos. Los agricultores deben tomar medidas para prevenir y gestionar la propagación de este hongo para minimizar su impacto. La rotación de cultivos, las variedades de cultivos resistentes y los fungicidas son algunas de las opciones disponibles para controlar la enfermedad.