Una nueva investigación de campo de la Universidad de Clarkson en el norte del estado de Nueva York está analizando cómo los microbios pueden viajar desde los sitios de aplicación de estiércol hasta los productos a favor del viento. El equipo de investigación, dirigido por shane-rogers, profesor asociado de ingeniería civil y ambiental, midió hasta qué punto las bacterias comunes, incluidas Salmonella, y E. coli—es probable que viajen a favor del viento desde los sitios de aplicación de estiércol.
“Nuestro objetivo era proporcionar un marco lógico para estudiar este camino”, dijo Rogers.
El equipo usó datos de campo para comprender cómo estas bacterias viajan desde los sitios de aplicación de estiércol para producir. La investigación duró tres años. Tomaron muestras a varias distancias de los sitios de aplicación de estiércol y midieron la presencia de bacterias que causan enfermedades.
Los investigadores utilizaron modelos informáticos para ampliar su comprensión.
“No es posible obtener medidas para cada posible conjunto de circunstancias que puedan existir”, dijo Rogers. “Los modelos nos permiten predecir la contaminación de productos en un rango más amplio de condiciones probables que las que proporcionarían nuestras mediciones sin procesar”.
Estos incluyen el tipo de estiércol, el terreno de la granja y las condiciones climáticas en el momento en que se aplica el estiércol.
El equipo también evaluó el riesgo de enfermedad. Esto le dio al equipo una mejor comprensión de la probabilidad de que alguien se enferme de los productos cuando hay una cierta cantidad de bacterias presentes.
Combinando todos esos datos, el equipo descubrió que los campos de producción deberían estar alejados de las áreas de aplicación de estiércol en al menos 160 metros. Esa distancia debería ayudar a reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos a niveles aceptables (1 en 10,000). Rogers enfatizó que el consejo es para un retroceso mínimo.
“(160 metros es) la distancia mínima que los productores deben mantener entre las actividades de aplicación de estiércol y las áreas de cultivo”, dijo Rogers.
La distancia adicional y el retraso entre la aplicación del estiércol y la cosecha brindarían mayor protección.
El estudio aparece en Journal of Environmental Quality. Este proyecto fue apoyado por la Subvención Competitiva de la Iniciativa Nacional de Investigación y la Iniciativa de Investigación y Alimentos Agrícolas (AFRI) de la Programa de calidad del aire del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura (NIFA).